WONANG SORI (Old Partner, Viejo compañero), primer filme dirigido por Lee Chung-ryoul, antiguo productor-director independiente de televisión, alteró el mundo cinematográfico coreano al fijar un nuevo récord como el mayor éxito de taquilla de la historia del cine independiente del país. Dada la depresión de la industria en los últimos años, este éxito es excepcional.
Esta historia de una pareja octogenaria que ha vivido gran parte de su vida con un buey fue proyectada por primera vez a principios del año, coincidiendo curiosamente con el “Año del Buey”. Incluso hizo que se viera a gente de mediana edad y ancianos, que nunca salen a ver una película, en las colas de las salas.
La película, estrenada en 7 salas de cine artístico, fue tal éxito que luego se proyectó en 150 cines de todo el país. Vendió 2.860.000 entradas en las primeras 10 semanas, lo que le produjo unas ganancias de 18 millones y medio de dólares, 90 veces más de lo que costó hacerla, incluyendo los gastos de posproducción y publicidad. Estableció un nuevo récord como la película más exitosa de la historia
de los documentales independientes coreanos. Ha tenido, como éxito de taquilla, repercusiones sociales.
Título Original: WONANG SORI (워낭 소리) – Así se le llama al sonido del cencerro.
Título Internacional: Old Partner – Viejo compañero
Género: Documental
Año: 2008
Duración: 78 minutos
País: Corea del Sur
Dirección: Lee Chung-ryoul
Guión: Lee Chung-ryoul
Reparto: Documentary
Sinopsis
Cuenta la historia de una pareja de granjeros de 80 años que trabajan en un arrozal, cuya única ayuda es la de un buey de 40 años. CHOI es un campesino de ochenta años cuyo mejor compañero durante la mitad de su vida ha sido un buey de carga. A través de los años y a lo largo del camino, aprendió a interpretar cada sonido emitido por su buey como un gesto afectivo, un reproche o hasta una sugerencia mucho más válida que la de su esposa o sus compañeros de trabajo. Pero las cosas cambian cuando CHOI se entera de que a su viejo amigo le queda un año de vida. Es a partir de ese momento que WONANG SORI deja de ser una curiosidad para volverse una película terriblemente movilizadora.
Trailer
Fotos
El personaje principal
Los personajes principales de la película son una pareja de ancianos y un viejo buey. Está rodada en Bonghwa-gun, provincia de Gyeongsangbuk-do y muestra la vida de esa pareja y su buey de 40 años, suyo desde hace 30. Dado que la vida media de este animal es de 15 años, 40 es casi un milagro. En cuanto al anciano, que cojea de una pierna como consecuencia de una inyección que le pusieron en la infancia, el buey es casi una parte de sí mismo. Él y el buey, que tira de su carro, están siempre juntos. El animal ha hecho posible que los nueve hijos de la pareja terminen carreras universitarias, por lo que se ha
convertido en la posesión más preciada. Quizá sea su alter ego, o quizá su propio hijo, así que incluso se niega a rociarle de insecticida por miedo a envenenarlo.
El anciano, aunque ahora está casi sordo y tiene dolores de cabeza que no han sido diagnosticados, sigue cultivando la tierra. Podría hacerlo más cómodamente usando maquinaria y pesticidas, pero lo primero para él es un buey y por ello hace el trabajo extra con sus propias manos. Su mujer está siempre preocupada y
quejándose. Refunfuña sobre su vida diciendo: “¡Voy a caerme muerta uno de estos días alimentando a ese detestable animal!”.
A diferencia del anciano, que trabaja casi en silencio, la mujer habla bastante, quejándose continuamente en el dialecto local. Se queja sobre su vida por su preocupación sobre su marido. Refunfuña sobre haberse casado a los 16 años y haber tenido una vida dura desde ese momento. El anciano es el arquetipo del padre coreano y la anciana, el de la madre. La audiencia se enternece por la relación entre el anciano y el buey, y se ríe por los monólogos de la mujer en su dialecto.
El buey, que casi se parece al anciano, trabaja hasta que muere. Con sus ojos hacia el hombre y con lágrimas reales expira. El anciano le quita el cabestro y el cencerro, wonang en coreano, deseándole paz tras tanto trabajo. Lee, el director, dijo: “En ese momento, el anciano parece un santo”. “Me dijo que presidiría el duelo cuando el buey muriera y que celebraría una ceremonia funeral. Para él, la muerte del buey significaba que la suya estaba cerca. Ese animal lo era todo para él”, dijo el director.
Un himno para lo que se desvanece
WONANG SORI es como un suave himno dedicado a lo que ahora desaparece: los viejos padres que araban la tierra toda su vida, ahora olvidados y convertidos en historia, sus vidas de sacrificio y dedicación, su trabajo manual, que no dependía de maquinaria y pesticidas, su forma de vida en comunión con la naturaleza –todo
eso se está desvaneciendo. Quizá ese anciano es más que un simple agricultor: quizá simboliza a todos los trabajadores manuales que pusieron los cimientos del milagroso desarrollo de la sociedad coreana en un periodo de tiempo tan corto. Pero su vida también simboliza lo ecológico, el estilo de vida contra la ciudad que rechaza la velocidad de un mundo globalizado e insiste en vivir a un ritmo lento. Es asombroso ver el arrugado rostro del anciano superpuesta al del buey. En ese momento, el anciano se convierte en el buey, y el buey en el anciano. De este modo, los humanos somos parte de la naturaleza, o la naturaleza parte de los seres humanos, como muestra la película, de ahí su intensidad.
Durante el tiempo de Lee como productor de televisión, nunca tuvo éxito. Aunque tiene treinta y pico años, estaba endeudado con su padre y se sentía culpable, así que empezó a planear un documental. Se le ocurrió la idea de una historia sobre un anciano discapacitado con su viejo buey, así que empezó a buscar un ejemplo
real, viajando por todo el país. Los alcaldes y directoras de organizaciones de mujeres del campo que conoció en sus producciones televisivas le ayudaron mucho. Después de cinco años de búsqueda, conoció a un anciano en Bonghwa y rodó la película durante tres años, desde 2005. Originalmente, planeaba hacer un documental televisivo, pero la cadena cambió de planes, así que casi desiste de hacer la película. Afortunadamente, un productor de cine independiente se encargó de la financiación y por ello pudo hacerlo para las salas comerciales.
“Durante los primeros seis o siete meses, tuvimos que ganarnos la confianza del anciano. Su esposa entendía el rodaje, pero él se ponía tenso en cuanto le enfocábamos. El principio que seguimos fue no interferir con su vida. Los observamos desde lo más lejos que podíamos, al igual que su relación. Había un triángulo amoroso entre el anciano, su mujer y el buey: un melodrama”.
Lee nació en Yeongam, provincia de Jeollanam-do. Es hijo de un agricultor y cuidó a bueyes cuando era crío. Wonang Sori, el título coreano del documental, significa el sonido del cencerro. Para Lee, este sonido es como un “mantra que le recuerda su infancia”. “Siempre que oía el sonido del wonang de niño me volvía y allí estaban
mi padre y su buey”, afirma. En la película, el sonido, aunque bajo, siempre está ahí, como un latido, una metáfora de la vida, según Lee. Este sonido se detiene cuando el buey muere.
Un milagro en la historia del cine independiente
La película independiente de más éxito en Corea había sido Once (2007), una película irlandesa que vendió 220.000 entradas, mientras que el mayor éxito de una película independiente coreana no pasó de las 50.000 entradas. Our School (2007), una película sobre la tercera y cuarta generación de residentes coreanos en Japón que asisten al instituto de bachillerato Chosun, afiliado con Corea del Norte, logró vender 55.000 entradas (100.000 si contamos los pases para grupos), el mayor éxito entre los documentales. En cuanto a las películas de ficción, No Regret (2006), un film romántico sobre el tema de la homosexualidad, fue el máximo éxito de taquilla con 45.000 entradas.
El día en que WOANNG SORI sobrepasó el millón de espectadores, un “número de ensueño” para la industria independiente de cine, los medios de comunicación coreanos y la industria estaban extáticos. El récord era comparable a Seopyeonje (1993, dirigida por Im Kwon-taek), la primera película coreana que superó el millón de espectadores, y Silmido (2003, dirigida por Kang Woo-suk), la primera en sobrepasar los 10 millones. El enorme éxito de WONANG SORI indica que la industria cinematográfica independiente ha crecido, a pesar de los prejuicios existentes de que estas películas sólo atraen a grupos pequeños y obsesivos. En realidad, el cine independiente coreano no ha tenido éxito porque o era muy político o muy experimental para atraer a los aficionados al cine en general.
WONANG SORI se hizo famosa por los comentarios de la gente tras recibir el Mecenat Award al mejor documental en el Pusan International Film Festival, y el Audience Award en los Premios de Cine Independiente de Corea en 2008.
Los aficionados respondieron a la innovadora forma de la película de llegar a sus sentimientos. Ha sido el primer film en ser nominado en la categoría de World Cinema Documentary en el Festival de Cine Sundance de 2009. Aunque no ganó, Lee dijo: “Pude confirmar que no había diferencia entre el Este y el Oeste en cuanto a la respuesta de los espectadores a la película”. Las audiencias occidentales también lloraban ante la comunión del anciano con la naturaleza y el significado de la familia.
La industria cinematográfica coreana espera que el éxito de esta película impulse cambios importantes. Lee era un nuevo rostro en este mundo de los filmes independientes, ya que antes sólo había trabajado para la televisión.
Por este motivo pudo hacer una obra así, diferente de las típicas militantes o políticas, que atrajo a las audiencias. Maeng Sujin, crítico de cine, al exigir un cambio en la cinematografía independiente coreana, que estaba recientemente en crisis, aconsejó lo siguiente a los realizadores: “Liberarse de la presión de lo políticamente correcto e intentar diversificar”. WONANG SORI, que incluso atrajo a ancianos de las zonas rurales al cine, gente que de otro modo nunca iría, es un éxito respecto a esta diversidad.
El éxito de taquilla de esta película es muy significativo porque la industria cinematográfica coreana estaba en crisis tras el estallido de la burbuja del “renacimiento del cine coreano” a principios de este siglo. Este documental ha demostrado que sin grandes estrellas, sin mucho dinero para un enorme proyecto, o sin una estrategia de mercadotecnia enorme y agresiva, las pequeñas películas con nuevas ideas y contenidos pueden tener éxito en atraer a las audiencias. También significa que los espectadores ansiaban un nuevo tipo de film. “Esta situación, en la que vemos pequeñas películas como WONANG SORI tener éxito, es comparable a lo que ocurrió en Japón hace 10 años, cuando la industria nipona y muchos grandes nombres estaban en crisis mientras que las pequeñas firmas tenían éxito”, dice Lee Sang-yong, crítico. Si una película es nueva, divertida y está bien hecha, atraerá a los espectadores, ya pertenezca a la corriente dominante, se haya hecho con los beneficios en mente, sea de bajo presupuesto o independiente. Provocará que la mentalidad del éxito de taquilla se diversifique para que las películas de bajo
coste puedan existir también. Es una perspectiva excitante.
De hecho, las salas del país están mostrando más interés en películas de bajo coste, independiente, tras este éxito. Han venido proyectando varias obras de este estilo, como Daytime Drinking (dirigida por Noh Young-Seok), una película sobre un joven con debilidad por las mujeres y el alcohol, y Breathless (dirigida por Yang Ik-jun), que recibió un VPRO Tiger Award en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam, un Premio del Jurado en el Festival de Cine Asiático de Deauville, y otros premios. Noh no es sólo el director de Daytime Drinking, sino que se encargó de ocho tareas, como guionista, director de fotografía y director artístico, entre otras. Yang, el director de Breathless, actor famoso de películas independientes, dirigió y protagonizó este film, y ahora es considerado un nuevo talento dentro de la industria.
Una nueva vía para la elaboración de documentales
WONANG SORI es un documental que adoptó por completo los métodos del relato, personificación y dramatización de las obras de ficción, que ha contribuido significativamente a expandir el horizonte de la elaboración de documentales en
el país. Lee fue criticado por algunos realizadores de documentales por salirse de los métodos tradicionales. Afirman que aunque su técnica de dramatización logró comunicarse con la audiencia, distorsionó la credibilidad, esencial en un documental. La idea es que para una película de este tipo, “capturar” el momento en ese instante es más importante que la “construcción” del momento, y el proceso y técnica de rodaje debe ser un acto de documentación.
Algunos espectadores también han planteado recelos similares. Por ejemplo, hay un sentimental primer plano durante la muerte del buey que muestra una lágrima que cae de su ojo mientras mira al anciano, lo cual plantea la posibilidad de que esa escena no sea real, sino creada. La misma duda se plantea con la escena en la que el anciano y el buey pasan por un lugar donde una multitud grita contra el actual Acuerdo de Libre Comercio con los EE.UU. ¿Era la intención del director conducirles a ese punto?
WONANG SORI edita, de hecho, mucho sonido, imagen y escenas. Durante la mayor parte del film se oye el cencerro, y los sonidos de pájaros e insectos fueron añadidos en lugar del sonido real. Además, la línea argumental no es recta, sino
que a veces se invierte. Según Lee: “Cuando editaba, pensaba principalmente en las reacciones emocionales de los espectadores, como risas y lágrimas”.
Pero criticar el filme por distorsionar la verdad, por una construcción excesiva o por no representar la realidad, revelaría la ignorancia sobre las tendencias actuales en la realización de documentales en todo el mundo. Desde hace tiempo, los límites entre el documental y la ficción se han vuelto borrosos. No hay documental que no tenga una intención específica, y algunos teóricos del cine han ido más lejos y han declarado: “Todo es ficticio; no existen los documentales”. Hay gente que incluso rechaza el título de documentalista, como Sato Makoto, el director nipón famoso por Out of Place: Memories of Edward Said.
Michael Moore, que causó un gran impacto en Cannes con su película Fahrenheit 9/11, famoso por sus técnicas explícitas y provocativas, a menudo crea situaciones. Adicionalmente, el mockumentary, un género con aspecto de documental real pero que es ficticio, cuestiona el límite entre realidad y ficción, y es cada vez más popular.
Lee, el director de WONANG SORI, afirma: “Sólo elegí ‘sustancias’ en las piezas cotidianas que grabamos durante muchos meses”. Y añadió: “No veo el problema mientras el film no distorsione el sentimiento y la relación original”. A menudo
contesta:
“¿En qué difiere eso de un sistema de circuito cerrado de televisión si mecánicamente ponemos las piezas en el orden cronológico en el que sucedieron?”.
Nam In-young, profesora de la Universidad de Dongseo está de acuerdo: “La cuestión de falso o distorsionado puede plantearse si, por ejemplo, la relación entre el anciano y el buey apareciera construida como amistad y no lo fuera”. “El director
hizo una labor excelente al crear una historia tan conmovedora sobre la relación entre una pareja de ancianos y un buey al reorganizar el material bruto; supo cómo llegar a la audiencia”, afirmó.
A este respecto, WONANG SORI no sólo ha roto el récord de éxitos de taquilla para la industria de cine independiente del país, sino que también ha superado los estereotipos sobre los documentales. Esta obra nos despierta de la idea naíf e
intolerante de que un documental muestra la realidad al 100 por ciento como es o –todavía más allá– que “lo que se ve es la verdad”. También ilustra una nueva tendencia cultural: los límites entre el documental y la ficción se están borrando.
Más allá del valor del documental, expresado en el dicho de que “La realidad es más dramática que el drama”, la obra de Lee nos anima a pensar en lo que realmente debería ser este género cinematográfico.